Discrepo. Todos somos ya talludos como para reconocer al eros que queremos en nuestras vidas. Creo que no hay nada más reconfortante ni calido que la dulzona constancia de corroborar la admiración, el deseo y la lealtad en los ojos de quien te quiere.
Me recuerda al dicho "Antes de regalar hay que saber aceptar regalos". Que te quieran es sin duda un regalo que parece muchas veces poco valorado. Aunque por suerte no siempre es así.
Qué gran verdad, amiga mía.
ResponderEliminarDiscrepo. Todos somos ya talludos como para reconocer al eros que queremos en nuestras vidas. Creo que no hay nada más reconfortante ni calido que la dulzona constancia de corroborar la admiración, el deseo y la lealtad en los ojos de quien te quiere.
ResponderEliminarDejarse querer es vicio y confort.
Me recuerda al dicho "Antes de regalar hay que saber aceptar regalos". Que te quieran es sin duda un regalo que parece muchas veces poco valorado. Aunque por suerte no siempre es así.
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