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29.3.11

Hoy no pensaba escribir nada, no tenía nada que contar, ni me había ocurrido nada que mereciese un hueco en este blog, hasta que esta mañana mientras almorzaba en el trabajo he leído una noticia que me ha dejado conmocionada. La muerte siempre es dolorosa e injusta, muy injusta.

Nos pasamos la vida quejándonos por tonterías, estando tristes por cosas que posiblemente al otro día tengan solución, nos atormentamos, nos hacemos la vida más difícil, no disfrutamos y nunca pensamos que en el momento menos esperado la muerte nos cubrirá con su manto y acabará todo. No habrá más lágrimas, ni sufrimiento, ni enfados, ni decepciones, pero tampoco habrá alegrías, ni sonrisas, ni ilusiones, ni sueños... todo  terminará de golpe sin poder hacer nada para evitarlo.

Cuando te das cuenta de la cantidad de valientes que luchan día a día por seguir viviendo, ves las cosas de otra manera, valoras más lo que tienes y te sientes un poco estúpido/a por preocuparte por nimiedades.

Esta entrada va en memoría de una VALIENTE.
Hasta pronto, dulce Yasmina, un beso allá donde estés.

Una ración de 'caffeina'

27.3.11

Mi último gran descubrimiento musical ha sido Miss Caffeina. Esta mañana por casualidad he escuchado Golosinas, una de sus canciones, y me ha atrapado de tal manera, que el resto del día he sigo descubriendo sus canciones.

«Abogado del diablo / Sacrificio de una tarde al sol con golosinas / Me mirabas a los ojos / Me cogías de las manos / Comparabas / Me elegías / Sueño que esta noche por fin / Podría pasar algo bueno / Extranjero en tu paladar / Bomba nuclear en tus sueños / Quédate una noche más / Bésame y no hables más / Justiciero de la noche / Albornoz y zapatillas / Frases rotas / Sé muy bien que esto es de locos / Ir buscando poco a poco la frontera / Una salida (...)».

Salta por la ventana, valiente

20.3.11

(...) lo más difícil es querer a alguien y ser lo bastante valiente como para dejar que te quiera.

— El día de la boda

Madrid calling

17.3.11



A mitad de camino entre el infierno y el cielo
yo me bajo en Atocha, yo me quedo en  Madrid.

La luna debajo del brazo

16.3.11

Te lo prometí,¿recuerdas?

Me bastaron sólo unos días para proponerme hacerte feliz, sin prisa, sin pausa. Te lo prometí, cuando llegaste con la luna debajo del brazo. Sin esperar nada y esperándolo todo. Y me enseñaste a sonreír. Mucho. Tanto. De 1.000 maneras. 

Te lo prometí y hoy te lo vuelvo a prometer, pero a lo grande, sin pequeñeces.

Amor y otros desastres

14.3.11

(...) el amor no es siempre algo repentino, puede que a veces consista en elegir una opción. Quizá el amor verdadero sea una decisión, la decisión de jugártela con alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder, o si te va a hacer daño, o si es el amor de tu vida. Quizá el amor no sea algo que te ocurre, quizá sea algo que tu escoges.

— Amor y otros desastres

35 kg de esperanza

13.3.11

A la escritora francesa Anna Gavalda la descubrí el año pasado por casualidad, leí buenas críticas de su novela Juntos, nada más y en uno de mi viajes a Madrid, lo compré en Fnac Callao.

La historia de Camille, Franck,  Philibert y Paulette, me atrapó desde la primera página hasta la última:
«Camille tiene 26 años, dibuja de maravilla, pero no tiene fuerza para hacerlo. Frágil y desorientada, malvive en una buhardilla y se esmera en desaparecer: apenas come, limpia oficinas de noche y su relación con el mundo es agonizante. Philibert, su vecino, vive en un apartamento enorme del que podría ser desalojado; es tartamudo, un caballero a la antigua que vende postales en un museo, y el casero de Franck. Cocinero de un gran restaurante, Franck es mujeriego y vulgar, lo cual irrita a la única persona que lo ha querido, su abuela Paulette, que a sus 83 años se deja morir en un asilo añorando su hogar y las visitas de su nieto. Cuatro supervivientes magullados por la vida, cuyo encuentro va a salvarlos de un naufragio anunciado».

Desde ese momento, mis ansias por leer todo lo que había escrito esta señora, fueron aumentado, hasta llegar al punto, de que a día de hoy tengo (casi) todas sus novelas.


Si un sólo adjetivo tuviera que describir las novelas de Gavalda sería sin duda ENTRAÑABLES (y derrochando 35 kg de esperanza).

Allí donde solíamos gritar

12.3.11

Quién me conoce un poco sabe que no puedo vivir sin música, que me encanta descubrir canciones que me digan algo día sí y día también. Empiezo a pensar que es algo patológico. 

El 99% de los títulos de mis blogs, de mis direcciones de correo electrónico, etc... siempre han sido títulos de canciones, trocitos de canciones... Canciones, canciones y más canciones. 

Esta vez no podía ser diferente y mi título ha salido de Allí donde solíamos gritar, una canción de Love of Lesbian que posiblemente todo el mundo conozca porque salió hace ya un par de años el disco, pero que yo dejo en esta entrada, para que luego nadie me pueda decir que no comparto mi escasa cultura musical. 
Y también, porque creo que es una buena manera de empezar. Por ejemplo, ¿qué sería de una novela sin una breve explicación de su título? Aunque sea escondida entre sus innumerables páginas, siempre la hay, siempre.

¡A disfrutarla!

Nueve meses después

La vida puede cambiar tanto en un año como en un sólo día. La mía lo hizo un 12 de junio de hace exactamente NUEVE MESES.

Todo lo que había en este blog antes, sólo formaba parte de una transición que por fin terminó, por eso todo, y cuando digo todo, quiero decir TODO, era principalmente porquería, deshechos de algo que formaba parte de mí hace ya mucho tiempo. Y a mi me enseñaron de pequeña, que lo que se da, no se quita y lo que no vale, se tira.

Puede que esto sea sólo el inicio de otra andadura bloggera fallida, o que sea simplemente el principio de algo sustancioso y mínimamente interesante, todavía no lo sé. Usaré una frase que desgraciadamente le gusta mucho a mi jefe: "Andando y viendo".

Pues eso, ya veremos compadres.

Con cariño,
M.